
La cooptación solo es apropiada si busca la excelencia, la capacidad de encarnar aquellos valores que la corporación encarna y por eso, este marco referencial se convierte en la clave para juzgar las acciones de esta naturaleza. Cuando una determinada corporación académica, por ejemplo, procura el concurso de los mejores filántropos de su entorno, no cabe duda que acertará. Cuando un colectivo laboral, social o de cualquier otra índole, sin embargo, establece un turno desquiciado y riguroso para empobrecer la libertad y seguir repartiendo entre muy pocos un elevado arancel, ha sembrado la semilla de la corrupción y la desigualdad.
Todo Gobierno virtuoso debiera mostrar a sus ciudadanos un catálogo actualizado de las cooptaciones legalmente establecidas y vigentes. La aparición del conflicto, en tales casos, podría cifrarse con mucha exactitud y la percepción de los valores ausentes, esos tan necesarios en esta crisis moral que algunos quieren llamar económica, situaría a cada colectivo en su sitio desde muy pronto. Los ciudadanos podrían subir fácilmente, cuando menos, el primer escalón que sirve para afrontar con garantías los más graves problemas sociales que no es otro que el escalón de la simple reprobación moral.
Todo Gobierno virtuoso debiera mostrar a sus ciudadanos un catálogo actualizado de las cooptaciones legalmente establecidas y vigentes. La aparición del conflicto, en tales casos, podría cifrarse con mucha exactitud y la percepción de los valores ausentes, esos tan necesarios en esta crisis moral que algunos quieren llamar económica, situaría a cada colectivo en su sitio desde muy pronto. Los ciudadanos podrían subir fácilmente, cuando menos, el primer escalón que sirve para afrontar con garantías los más graves problemas sociales que no es otro que el escalón de la simple reprobación moral.