El vino es una
voz, es esa tierra
que guarda el
corazón en su memoria.
El vino es un
camino. Con los ojos
del vino, con sus
lentos
dedos de azul
penumbra,
con esos
delicados
labios de tierna
noche,
puede mirarse el
árbol
frondoso de la
calma
o enfrentarse el
abismo más profundo.
Tú has sido como
el vino de mi vida.
Una sed deseada
que me alcanza.
Contigo marcharé
donde me aguardes.